martes, 13 de septiembre de 2011

Encuentros refrescantes

Es lo que tienen los últimos días de verano. Encuentros inesperados, reencuentros felices con gente maja, que te alegra el espíritu porque han formado parte pequeña o grande de tu vida.
Y si todo esto se concentra en un solo día, abundante en anécdotas, resulta gratificante de lo más. 
Ocurrió el jueves pasado.
Primero fue la morena diseñadora Amalia [desayuno de zumo y chocolate].
Luego la amiga imparable Marta [abrazos de café con hielo].
De repente surgió Susana [sorpresa de helados italianos].
Después mis padres y mi hermana Sonia [regalo de agua clara].
Más tarde Amalia de nuevo [granizado de limón].
Seguidamente Víctor y Riso Amaro, de JekyillandJill Editores [jarras heladas de cerveza].

Riso Amaro, Marisa, Amalia y Víctor

En un ratico apareció en nuestro camino la dulce María [sonrisa de leche merengada].
Y, para redondear la tarde-noche, Carlos y su "safari a la fresca" de GozARTE, una maravilla de paseo que rematamos con una copita de cava en la terraza de una octava planta de un edificio de Zaragoza.


Gracias a todos por recargarme la batería, por el soplo de aire nuevo, por el abanico revitalizador en una jornada tórrida. ¡Quiero más!

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1 comentario:

Marcos Callau dijo...

Las pequeñas cosas de la vida que la hacen merecer la pena. Saludos!

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