lunes, 16 de julio de 2012

Vamos a ser ilegales ¿o qué?


Hoy sólo puedo expresar lo que quiero decir con un tema musical-videoclip.
"Tiempos nuevos, tiempos salvajes" de Ilegales

martes, 10 de julio de 2012

Entré en, salí de.


Hace unos meses se presentó el libro de Juan Luis Saldaña "Entré en, salí de" editado por Cartonerita Niñabonita, como parte del proyecto solidario de la Fundación Canfranc.
Las portadas, cada una diferente, fueron creadas por 10 artistas colaboradores.
Portada nº 10 de Valtueña
Los libros se subastaron con gran éxito de recaudación. La gente pujó por la portada que más le gustaba, desconociendo el texto del interior del libro. Pero, siendo el autor JL Saldaña, la apuesta era segura.
He de decir que Saldaña, volcado de lleno en este proyecto, se obsesionó en publicitar tanto a la Fundación como a los artistas. Y yo, como parte implicada en la creación de 10 portadas y algo conocedora de la personalidad de Juan Luis, eché de menos esa frase que tanto he oído de su boca:
"Y ¿qué hay de lo mío?".

Aquí tienes lo tuyo.


Entré en, salí de. Juan Luis Saldaña Medina
Con una genial dedicatoria: "A la memoria de mi abuelo Pepe que entraba y salía muy bien de los sitios", el libro vomita con gran placer treinta y siete relatos de incursiones a sitios comerciales. El autor nos cuenta en primera persona. Así, pues, es él mismo el sujeto y objeto de las experiencias. ¿O diría experimentos?

Se respira un amor-odio al consumo, un gran conocimiento del medio; crítica, ironía, sarcasmo, a veces duro, otras humorístico, la mayoría mordaz. Aparecen conceptos inesperados: viajes en el tiempo o transmutaciones de lugares. Lo absurdo alcanza niveles mayúsculos, tanto en el uso de los espacios como en las conversaciones o en el consumo de artículos no deseados. Y también afloran sentimientos tales como la dualidad conformismo-protesta, la soledad como castigo o el mirar a los ojos y recibir una respuesta de androide.

El comienzo: Entrar en un comercio. El autor nos da varias motivaciones bien dispares. Buscando la amistad, la verdad, la paz interior, la belleza, compañía, el amor, la diferencia entre dirección y sentido. O para orinar, poner una bomba, quemarse a lo bonzo, atracar, robar perchas, provocar, cazar un oso. O simplemente para mirar, entrar por entrar.

Adquiere una importancia abismal la actitud con la que se entra en el establecimiento: enamorado de una maniquí, silbando el himno de Riego, tarareando una cancioncilla infantil, pensando en la misión trascendental de la hache intercalada, disfrazado de Batman gris, pensando en diminutivos y halterofilia para comprar unas bragas, cantando "si te ha pillao la vaca, jódete", o pensando en la importancia de las raíces.

Los animales también tienen su relevancia en el texto: la que puede tener un chimpancé al que quiere vestir, un ratón y su alfombra, un jabalí en un probador, un Minotauro indicador, un oso en un fotomatón, dos perritos vips, un elefante llamado Anónimo o un dinosaurio que come rosquillas.

Una vez dentro, la acción se desenvuelve. Y aquí viene lo que viene y hay que señalar: el efecto desarmante que el consumidor produce en la dependienta (señora, señorita, chica o empleada, casi siempre mujer, y, cuando no, es impersonal), lo cual provoca también en él que salga desarmado, o desalmado, o con un producto que no buscaba, o triunfador.

En este sentido se observa una progresión en la sucesión de los relatos, desde la entradaguerrera-salidadecepcionante, hasta la entradainteligente-salidaganadora.

El autor nos reserva para el final una ruptura de concepto, cosa fina: 5 entradas-salidas de nuevo calibre, nivel y remate.

Calidad superior, redondo libro de Saldaña. Ambos, pura luz.

Marisa Lanca

*Nota: He querido dar a conocer mi visión del libro, dado que sólo unos cuantos privilegiados que lo adquirieron lo han degustado, y poner la miel en los labios a los que se han quedado sin saber. Y a todos, comunicar que hay seres inteligentes por el mundo, con criterio, sí, los hay. ¡Estamos salvados!

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