Aquí está la explicación buena a ¿Alguien sabe por qué lloran los árboles? de mi entrada de 1 de mayo. También me ha pasado unas fotos y resulta que alguien lo ha filmado íntegramente y se va a crear un video-art.
“¿POR QUÉ LLORAN LOS ÁRBOLES EN TUDELA?”
"Trasladado a Tudela por el encargo de pintar un mural en la entrada de la sala de conciertos NOBOO, convine que el fondo de mi pintura debería ser, para que se integrara, del mismo negro regaliz que los muros y pilares de obra del exterior.
Como una de mis técnicas, la que pensaba emplear para dicha pintura, es “Cry-painting”, decidí, para crear un motivo de acomodación visual entre esos muros ‘regalizados’ y mi obra, pintar los troncos de los árboles del jardín que da paso a la sala del mismo negro (rayas verticales negras sobre el fondo claro de la fachada: un código de barras natural).
Un día encontré, sobre el fondo ya negro de varios de esos árboles y en uno de los muros, líneas blanquinosas bien contorneadas resbalando libres hacia el suelo, y me pregunté: ¿Puede ser que en Tudela lloren los sauces llorones? Pero ¿y los muros?
Les restituí su inmaculado negro. Al día siguiente, obsesionado, aunque esas escorreduras me parecían bellas, la misma operación.
Al tercer día descubrí que ni los árboles ni los muros lloran, sólo los culos de las cigüeñas.
A partir de ahí supe por qué me parecían tan bellas esas escorreduras. Le hacían competencia a mi propia obra. Y opté por aliarme con las cigüeñas, hacer un dueto. Reforcé sus propios trazos con óleo blanco y añadí mi toque a su lado, de manera que se potenciara plásticamente.
Pero no paraban de llorar, y sus deyecciones más mi sentido artístico iban poco a poco abarrotándolo todo, árboles y muros, hasta que me volví loco. Y lo rematé. Ya no quedaba zona posible donde pudieran seguir haciéndome la competencia.
Otro día me encontré con cuatro o cinco deyecciones negras sobre la encimera de un muro ya totalmente blanco, y otra también negra que escurría por él. ¿Cuervos?
"Trasladado a Tudela por el encargo de pintar un mural en la entrada de la sala de conciertos NOBOO, convine que el fondo de mi pintura debería ser, para que se integrara, del mismo negro regaliz que los muros y pilares de obra del exterior.
Como una de mis técnicas, la que pensaba emplear para dicha pintura, es “Cry-painting”, decidí, para crear un motivo de acomodación visual entre esos muros ‘regalizados’ y mi obra, pintar los troncos de los árboles del jardín que da paso a la sala del mismo negro (rayas verticales negras sobre el fondo claro de la fachada: un código de barras natural).
Un día encontré, sobre el fondo ya negro de varios de esos árboles y en uno de los muros, líneas blanquinosas bien contorneadas resbalando libres hacia el suelo, y me pregunté: ¿Puede ser que en Tudela lloren los sauces llorones? Pero ¿y los muros?
Les restituí su inmaculado negro. Al día siguiente, obsesionado, aunque esas escorreduras me parecían bellas, la misma operación.
Al tercer día descubrí que ni los árboles ni los muros lloran, sólo los culos de las cigüeñas.
A partir de ahí supe por qué me parecían tan bellas esas escorreduras. Le hacían competencia a mi propia obra. Y opté por aliarme con las cigüeñas, hacer un dueto. Reforcé sus propios trazos con óleo blanco y añadí mi toque a su lado, de manera que se potenciara plásticamente.
Pero no paraban de llorar, y sus deyecciones más mi sentido artístico iban poco a poco abarrotándolo todo, árboles y muros, hasta que me volví loco. Y lo rematé. Ya no quedaba zona posible donde pudieran seguir haciéndome la competencia.
Otro día me encontré con cuatro o cinco deyecciones negras sobre la encimera de un muro ya totalmente blanco, y otra también negra que escurría por él. ¿Cuervos?
Eso me liberó. Hice un corte de mangas al cielo. Déjalos. Que sean ellos ahora quienes restituyan el negro original."
Para leer crítica de Manuel Sánchez Oms:
1 comentario:
Me encanta el concepto cry-painting, las fotos y el disco de la semana es bueníiiisimo. Ciao
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