Admiro a la gente con iniciativa, ilusión y buenas ideas.
Y me alegro de que, junto a un buen trabajo y a saber rodearse de gente válida, consigan destilar un licor 10. Y que yo pueda probarlo. Y si ese licor, de lo bueno lo mejor, se ha conseguido gracias a un sistema diferente (que no por ello más moderno o innovador, sino mejor pensado quizá) y que, además se ha rebelado contra otro ya establecido, entonces... me quito el sombrero. En este caso, me desgarro el jersey y me descubro los hombros.
Vayan dos ejemplos: Orsai y La Cartonerita Niña Bonita.
Orsai es una revista que acaba de dar a luz un viejo conocido de este blog: Hernán Casciari ¿lo recuerdan?
Vayan dos ejemplos: Orsai y La Cartonerita Niña Bonita.
Orsai es una revista que acaba de dar a luz un viejo conocido de este blog: Hernán Casciari ¿lo recuerdan?
Su número 1 es un producto de 208 páginas maravilloso, increíble, original, bestial, diferente. Y no sólo me refiero a los contenidos literarios y gráficos, sino a la forma y al método de parirlo. ¿Que no saben de qué hablo? Lean, investiguen, descárguense el pdf completo. Sólo tienen que visitar el blog. Unos cuantos, bastantes, enterados y ahora privilegiados lo supieron con tiempo y ahora disfrutan de su versión original encuadernada en papel. Yo lo seré del número 2, espero.La Cartonerita Niñabonita es una editorial artesanal, donde manda el cartón, el color, la fotocopia y la sal. El salero lo pone David Giménez, un salao de Remolinos (Zaragoza) que sabe aderezar con buen muy buen sabor todo lo que toca, y toca.
A mí ya me ha tocado. ¡A ver qué plato nos sale del horno!
¿Alguien da más? ¿O mejor?







