Anoche me desperté de repente. Estaba soñando.
Mi sueño, muy corto, consistía en que en pleno campo sentía un intenso olor a hierba fresca.
Esa sensación era tan fuerte y tan agradable que la creí real.
Y desperté. Y me ilusioné-desilusioné.
Alguien se preguntará el porqué, o la importancia que puede tener esta aparente minucia de sueño.
Pues sí la tiene.
Hace un par de meses sufrí un accidente cuya consecuencia fue un gran golpe en la cabeza.
A la semana había perdido el olfato. Totalmente.
Yo, individua de nariz "con personalidad", siempre presumía de un olfato bastante fino y desarrollado. No podía evitar comentar cada olor en el momento justo en que me llegaba: "Huele a lluvia, pronto va a llover", "Qué bien hueles", "Ah, qué aroma tan bueno a cebada recién cortada", "Se nota el olor a contaminación al entrar a Zaragoza".
Ahora, en mi vida cotidiana, observo y reflexiono casi cada día sobre lo que me estoy perdiendo, en qué me está afectando la ausencia, para mí, de algo tan valioso. Aparentemente, de los 5 sentidos de que disponemos las personas, sería el menos importante, el más prescindible. Tengo mis dudas.
A pesar de que el cuerpo médico en general te sentencia que el olfato, si se va, ya no vuelve nunca, yo tengo esperanza (que es lo que nunca se pierde).
O tendré que aprender a vivir con ello, como aprendemos a vivir sin otras cosas cuando las perdemos.
O también, a partir de ahora deba inventarme un sentido nuevo. Así no podré fallar cuando tenga que "poner los cinco sentidos" en hacer algo. ¡Ja, ja, ja!
Me gustaría, no obstante, que alguien me aconsejara, sugiriera o comentara sobre cómo poder despertarlo. Echo de menos el olor a café, a mis guisos, a la leña quemándose, a campo, a mi jabón, a mis amigos, a mi casa, a mi hombre...
Mi sueño, muy corto, consistía en que en pleno campo sentía un intenso olor a hierba fresca.
Esa sensación era tan fuerte y tan agradable que la creí real.
Y desperté. Y me ilusioné-desilusioné.
Alguien se preguntará el porqué, o la importancia que puede tener esta aparente minucia de sueño.
Pues sí la tiene.
Hace un par de meses sufrí un accidente cuya consecuencia fue un gran golpe en la cabeza.
A la semana había perdido el olfato. Totalmente.
Yo, individua de nariz "con personalidad", siempre presumía de un olfato bastante fino y desarrollado. No podía evitar comentar cada olor en el momento justo en que me llegaba: "Huele a lluvia, pronto va a llover", "Qué bien hueles", "Ah, qué aroma tan bueno a cebada recién cortada", "Se nota el olor a contaminación al entrar a Zaragoza".
Ahora, en mi vida cotidiana, observo y reflexiono casi cada día sobre lo que me estoy perdiendo, en qué me está afectando la ausencia, para mí, de algo tan valioso. Aparentemente, de los 5 sentidos de que disponemos las personas, sería el menos importante, el más prescindible. Tengo mis dudas.
A pesar de que el cuerpo médico en general te sentencia que el olfato, si se va, ya no vuelve nunca, yo tengo esperanza (que es lo que nunca se pierde).
O tendré que aprender a vivir con ello, como aprendemos a vivir sin otras cosas cuando las perdemos.
O también, a partir de ahora deba inventarme un sentido nuevo. Así no podré fallar cuando tenga que "poner los cinco sentidos" en hacer algo. ¡Ja, ja, ja!
Me gustaría, no obstante, que alguien me aconsejara, sugiriera o comentara sobre cómo poder despertarlo. Echo de menos el olor a café, a mis guisos, a la leña quemándose, a campo, a mi jabón, a mis amigos, a mi casa, a mi hombre...
Música para hoy: "Nessun dorma" interpretada por MARIO LANZA [Este año se cumple el 50 aniversario de su muerte].
Aquí el vídeo. Sin desperdicio.
1 comentario:
Oye, no sabía nada... Por lo que dices debió de ocurrirte por las fechas en que conocí tu blog. Debe ser muy duro. Espero que te recuperes muy pronto.
Un abrazo.
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