Regresé al hogar del elefante sin trompa.
No llovía. Pero esperé un rato.
A veces resulta y el corazón lo agradece.
Y grité hacia arriba:
¡Agua de marzo!
¡Entra como alud en mi boca,
reinicia el sistema
vacío de inquietudes,
taladra mil agujeros en el estómago,
rompe la tela!
Si vieras cómo lloraba
el inconsciente, el risueño,
y cómo reía yo,
una triste elefanta.
Marisa Lanca
(extraído del poemario "Acerca de mis amantes")
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